EL INICIO DE LA IGLESIA DE LA HERMANDAD

EL INICIO DE LA IGLESIA DE LA HERMANDAD Unos años después que Mack y su familia se mudaron a Schwarzenau, ocho personas que estaban influenciadas por el Anabautismo/Pietismo acordaron aceptar las ordenanzas del Nuevo Testamento, formaron un cuerpo organizado y realizaron el rebautismo (bautismo de adultos) mediante triple inmersión (uno en nombre del Padre, uno en el nombre del Hijo y el tercer en el nombre del Espíritu Santo). En la mañana del 3 de agosto de 1708, muy temprano, cinco hombres y tres mujeres eligieron por sorteo quién bautizaría a Alexander Mack. Hasta el día de hoy nadie sabe quién fue elegido por sorteo, ya que hicieron un pacto de que este secreto nunca saldría del grupo. Después de ser bautizado, Mack bautizó a los otros siete. El bautismo tuvo lugar en el río Eder, que pasa por Schwarzenau. Poco después del bautismo, Mack escribió "inmediatamente nos llenamos de gran alegría". Tenía 29 años cuando lo rebautizaron. Alexander Mack es considerado el primer Ministro de la Hermandad. En pocos años, había cuatro congregaciones en Europa. La más grande de ellas estaba en Schwarzenau. Los miembros vivían en las afueras, en las montañas y en ciudades cercanas, y eran celosos de obedecer los evangelios, practicar todas las ordenanzas del Nuevo Testamento y vivir sus vidas guiados por una comprensión sencilla, tal como leen en la Biblia. Una de las características del grupo que ha marcado a la Hermandad a lo largo de sus más de 300 años es la interpretación sencilla de las Escrituras, debiendo obediencia a la forma en que cada uno entiende lo que le. El grupo de Schwarzenau comenzó a crecer tanto que a veces durante el verano alquilaban terrenos y predicaban en campos abiertos. Muchos pietistas, incluido Ernst Christoph Hochmann (que enseñó los principios Pietistas del grupo), entendieron que no era necesario organizar iglesias. Preferían que cada persona viviera una vida ejemplar, independiente de una iglesia organizada. Hochmann creía que la observancia de formas externas en la estructura eclesial podría conducir a una “pérdida del contenido espiritual”. Los ocho que inicialmente fueron bautizados creían que debían obedecer prácticas como la unción de los enfermos, como lo indicó Pablo a Timoteo y el lavatorio de los pies. En esto hay una particularidad en la Hermandad: se entiende que la Cena del Señor es una triple celebración, con la comida comunitaria, la celebración del cáliz y del pan y el lavatorio de los pies. Estas prácticas requieren la realización de más de una persona y, por tanto, la necesidad de un organismo organizado. Además, entendieron que es necesario algún tipo de organización que se encargue de la disciplina de la iglesia como lo ordena el Evangelio (Mateo 18). Las características únicas de la Hermandad se cubrirán con más detalle en artículos futuros. En los 315 años de vida de la Hermandad, ésta se ha mostrado ser una iglesia seria, que busca el consenso eclesial en sus decisiones, que está abierta al diálogo con las diferencias que surgen en el seno del cuerpo, que se ha dedicado a las misiones, al servicio a la sociedad, al servicio de otras iglesias y de la sociedad. Marcos Inhauser

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