EL SER ESPIRITUAL

EL SER ESPIRITUAL En el post anterior, donde trabajé sobre las diferencias y coincidencias entre un pro-pietista clásico (Feller) y un anti-pietista, hay un tema tocado superficialmente. Queriendo preservar los puntos buenos y descartar los malos, tanto Feller como Smith adoptan un enfoque de "chico bueno" y "chico malo". Hay un término que no usan ellos: el "ser espiritual", el espiritual genuino, a diferencia del "falso" y no espiritual. Feller se opone a la “Imago Pietismi” de la ortodoxia. Smith se opone a "la imagen piadosa" que "parece más religiosa" que la religión misma. Parece que están trabajando para destronar la imagen equivocada. El auténtico "ser espiritual" es, según Feller, "un pietista sin vergüenza ni hipocresía". Para Smith, "un ser genuinamente religioso". Para Feller, la piedad pietista es positiva. El opuesto negativo es el "ortodoxo". Hay que tener en cuenta que el trasfondo es el de una escolástica protestante muerta, endurecida y asfixiante que sacó de la vida la doctrina y la colocó en la academia y en los púlpitos de los predicadores conceptualistas. Es con este punto de vista que el pietista clásico examina. Para Smith, el término pietista es negativo. Lo positivo es lo "religioso". Existe, inherente a las posiciones adoptadas, una visión negativa que, al considerar su existencia, pone bajo sospecha a ambos en la valoración que hacen. Tanto Feller como Smith tienen en mente al clero. Smith habla del "predicador", del "clérigo" y de toda la "profesión clerical". Feller tiene en mente a la persona "en el púlpito". El creyente, el miembro, el cristiano laico entran secundariamente en las consideraciones de ambos. El pietismo, al tiempo que involucra a los laicos de una manera nueva, originada en los pastores y el trabajo con los estudiantes de teología, el clero, los profesores de seminario o los seminaristas de nuestros días, intentan escapar de él. El “ser espiritual” plantea la pregunta: ¿qué es incompatible con la verdadera espiritualidad? ¿Y cuál es el contenido de la verdadera espiritualidad? Quizá esto deba ser analizado por su contrario, explicando conductas y valores. Tanto para Feller como para Smith, tanto los piadosos como los religiosos siempre están preocupados por crear una atmósfera teatral en la que puedan actuar. Hay, pues, en ambos una falsa comunicación de algo interior que no existe. Parece que el escritor Judas ya tuvo este problema en su tiempo: “Estos son los elegidos en vuestras fiestas, cuando festejan con vosotros, pastores que se apacientan sin temor; son nubes sin agua, llevadas por los vientos; son árboles sin hojas ni frutos, dos veces muertos, desarraigados; olas embravecidas del mar, que espuman su propia vergüenza, estrellas errantes, para quienes está reservada para siempre la oscuridad de las tinieblas” (Jd 12, 13) Marcos Inhauser

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