LOS ESCRITOS DE CALVINO

LOS ESCRITOS DE CALVINO Calvino defendió la soberanía de Dios, la depravación humana, la predestinación y la importancia de la Biblia como la única autoridad en materia de fe y práctica. Los escritos y la influencia de Calvino se extendieron rápidamente por toda Europa y desempeñaron un papel esencial en el desarrollo de la teología reformada. Escribió varios libros influyentes, además de los "Institutos de Religión Cristiana". Calvino provocó controversias. No estuvo de acuerdo con otros líderes protestantes y enfrentó la oposición de las autoridades católicas; fue criticado por su papel en la ejecución de Miguel Servet, condenado a muerte por herejía. Calvino escribió comentarios sobre los libros de la Biblia, haciendo uso de la exégesis en los idiomas originales, que incluyen la mayoría de los libros del AT (Gn, Êx, Lv, Dt, Sl, Ec, Is, Jr y Lm) y del NT (MT, Mc, Lc, Jo, Rm, ICo, IICo, Gl, Ef, Fp, Cl, ITS, IITs, ITm, IITm, Tt, Fm, Hb, Jd, IPe, IIPe, Jd.), Calvino predicó regularmente durante su tiempo en Ginebra y sus sermones fueron grabados y publicados. Brindan información sobre su comprensión de la Biblia y su enfoque pastoral de la predicación. ¡Fueron 872 sermones! Calvino escribió tratados sobre varios temas teológicos y prácticos, incluyendo la Cena del Señor, la predestinación y el papel del gobierno civil. Calvino escribió cartas a otros reformadores, pastores y líderes, personas que buscaban guía y consejo. Proporciona información sobre sus relaciones con otros reformadores y sus puntos de vista sobre una amplia gama de cuestiones teológicas y prácticas. Además, escribió: De Clementia-Obra con notas de Séneca (1532); Psicopanía (1534); Réplica al Cardenal Sadoleto (1539); Salterio de Ginebra (1539); Forma de las Oraciones y Cánticos Eclesiásticos (1539); Ordenanzas Eclesiásticas (1541); Catecismo de la Iglesia de Ginebra (1542); Tratado sobre las reliquias (1543); Atos del Concilio de Trento como antídoto (1547); Confesión galicana (1559). Sé que Calvino no habría sido lo influyente que fue, si no hubiera sido excelente en las cosas que estudió, escribió, preguntó e hizo. No era un "nada sabe y presta atención" que sabía tocar la guitarra o era un buen cantante. Fue teólogo porque fue reconocido y produjo material para mostrar una nueva forma de pensar sobre la fe. No fue un aventurero ni animador de audiencias, sino un estudioso dedicado, pensador persistente y fecundo. Marcos Inhauser

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