OBEDIENCIA SEGÚN ENTENDIMIENTO

OBEDIENCIA SEGÚN ENTENDIMIENTO En el siglo XVI, el movimiento anabautista no fue formado por un solo discípulo de Zwinglio en Zúrich. Varios grupos y comunidades con los mismos ideales estaban por toda Europa. Creían en el bautismo de adultos, defendían la separación de iglesia y estado, practicaban su fe independientemente de las iglesias controladas por el estado. Entre estos diversos grupos estaban los “Swiss Brethren”: uno de los primeros, que se originó en Suiza en 1520. Conrad Grebel, Felix Manz y George Blaurock fueron figuras clave en este movimiento. Hicieron hincapié en la estricta adhesión a las enseñanzas de Jesús y la no violencia. Hutteritas: fundados por Jakob Hutter a principios del siglo XVI, formaban un grupo comunal que compartía posesiones y vivía en comunidades agrícolas. Se enfrentaron a la persecución y finalmente encontraron refugio en Europa del Este. Menonitas: seguidores de Menno Simons, un ex sacerdote que se unió al movimiento anabautista y se convirtió en compilador y teólogo de las ideas anabautistas, especialmente la dimensión pacifista del movimiento. Anabaptistas de Moravia: centrados en Moravia (en parte checa y en parte eslovaca), enfrentaron persecución y muchos de ellos emigraron a otras regiones, lo que influyó en el surgimiento de otros grupos anabautistas. Anabaptistas en los Países Bajos: incluidas las actuales Bélgica y Holanda, donde surgieron varias comunidades anabautistas, incluidos los seguidores de Menno Simons. Anabautistas en Alemania: los anabautistas existieron en varias partes de Alemania y enfrentaron una persecución significativa durante el siglo XVI. Anabautistas en Inglaterra: aunque el movimiento no ganó tanta fuerza en Inglaterra como en Europa continental, hubo algunas comunidades allí. El movimiento no fue monolítico y hubo variaciones en las creencias y prácticas entre los grupos. Esta “libertad” fue crucial para el movimiento y sus repercusiones en las denominaciones que surgieron de él. El hecho de que el anabautismo no tuviera un teólogo (como Calvino y Lutero) y fuera la “reforma de los no teólogos”, trajo variedad y libertad de posiciones. Incluso con la Confesión de Schleitheim, que no fue ampliamente aceptada ni defendida, el movimiento tuvo dificultades para producir teología y escribir su historia porque fue perseguido incesantemente. Esta “libertad”, a diferencia de la reforma clásica, le dio al movimiento un carácter más práctico que conceptual. No creo exagerar si digo que tenía una posición más “pastoral” que confesional. Era cuestión de obedecer lo que entendían de las Escrituras y no entender la finura de los conceptos. Marcos Inhauser

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