RELIGIOSO Y PIADOSO
RELIGIOSO Y PIADOSO
Hay una distinción que es necesaria cuando se habla de "religioso" y "piadoso". El religioso está dirigido hacia adentro. Tiene convicciones profundas y permanentes derivadas de su fe en Dios y de lo que él cree que es la voluntad de Dios. Es socialmente irresponsable, desinteresado en el tipo de impresión que causa en las personas. Tiende a ser un guerrero por sus propias causas, intolerante con la injusticia o el mal. Por lo general, no tiene tacto y crea enemigos innecesariamente, convirtiéndose en una vergüenza para la iglesia. Es el tipo que levanta la sospecha de que la iglesia es socialista, que el pastor es comunista y desacredita a toda la profesión clerical.
El piadoso parece más religioso al laico que al religioso. Tiene actitudes y conductas irreprochables. Parecen tener una espiritualidad sincera, personas que tienen un buen conocimiento bíblico (se saben muchos versículos de memoria y los vinculan con cierta lógica). Con esto dan la idea de ser buenos en teología. Suelen ser útiles en la asistencia pastoral, especialmente cuando se trata de reemplazar al predicador.
Nadie es piadoso por naturaleza. Es algo que hay que aprender. El religioso se jacta de serlo. Los piadosos prefieren ser reconocidos como espirituales que proclamarse como tales, aunque, de manera subliminal, busquen este reconocimiento.
Existe una gran posibilidad de que tanto lo religioso como lo piadoso sean antinaturales, artificiales. El primero desairando a todos y a todo. Este último, en su “humildad”, busca lámparas que lo iluminen en secreto.
Hay una piedad natural. Hay personas que tienen devoción sincera, vida santa y entrega al trabajo ya la misión. Mujeres que sirvieron/sirven con audacia y desinterés, hospitalarias, actúan como si fueran madres de seminaristas y pastores. Hay hombres con plena dedicación al trabajo de la iglesia, ya sea limpiando, reparando, yendo de visita al hospital. Generosos, son recordados por las muchas veces que fueron de bendición en la vida de alguien, como ángeles que aparecieron de la nada y suplieron necesidades.
Marcos Inhauser
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